Capítulo.- 5
Doña Ximena.
A primera hora de la
mañana ha llegado una gata de la más alta alcurnia, a presentar una queja a Don
Patrocinio sobre el trato recibido en uno de sus establecimientos de calzado,
alega que no ha sido atendida como ella se merece por uno de sus empleados.
Don Patrocinio le ha dado
las más sinceras disculpas y le ha comunicado que ya estaba al tanto de lo
ocurrido y que ha puesto remedio al asunto, ha enviado al empleado a un curso de
“cortesía con los clientes”.
Una vez pedida las
disculpas le ha presentado a su querida esposa Doña Marta, que ha asistido a la
recepción de la gata que se ha sentido ofendida. Doña Marta estaba acompañada
de una manada de cinco cachorros que últimamente ha engendrado con Don
Patrocinio, estos no se han movido absolutamente para nada, puesto que para
estas ocasiones los tiene muy bien educados. La clienta ha aceptado las
disculpas de Don Patrocinio y Doña Marta le ha pedido con suma amabilidad que
hoy se quede a comer y le ha rogado además que le cuente lo ocurrido con el
empleado de la zapatería, a lo que la clienta, que resultó llamarse Doña Ximena
ha accedido y le ha contado lo ocurrido, de lo que hemos oído de la
conversación mantenida entre las dos gatas, hemos llegado a la conclusión de
que el empleado de la zapatería se había negado a darle unos masajes en los
cuartos traseros en la trastienda de la misma.
Una vez que se alejaban
dando un paseo nos hemos acercado a Don Patrocinio y Don Zacarías le ha comunicado que le estoy
contando la historia de un romance que mantuve con una joven y que a su debido
tiempo le dejará leer todas las notas que de dicho romance va tomando, pero de
momento no puede comunicarle nada más sobre el asunto, puesto que lo que le
estoy contando va tomando un cariz de armas tomar.
A indicación de Don Zacarías
nos hemos dirigido a la sala de video conferencias a degustar una botella de
vino de las que solamente sirve en ocasiones muy especiales, reserva del 98,
acompañada de buen queso, obtenido de la leche de sus propias ovejas y
fabricado con una formula artesanal que el Gran Akila guarda celosamente y no
la transmite a nadie, formula aprendida en su Egipto natal y que sus abuelos y
sus padres le enseñaron antes de emigrar a Europa.
Una vez que el vino
comenzó a hacer efecto, Don Zacarías ha pedido a Don Patrocinio que antes de la
comida de hoy, le presente a la gata Doña Ximena a ver si puede llegar a un
arreglo con ella, con el fin de desposarla cuanto antes, pues lleva unos días
con calentura, que no fiebre y se siente muy rejuvenecido, a lo que Don
Patrocinio accedió al tiempo que le aconsejaba que le vendría muy bien una
compañera joven y esbelta.
![]() |
Don Patrocinio Herrero Zapatero. |
A preguntas de Don
Zacarías llegamos a saber que el primer día que su madre lo dejó salir al
parque a jugar con los amigos, estos le habían abandonado, no supo volver a
casa él solo y desde entonces estaba perdido y que su nombre era Melquiades.
Don Zacarías ordenó al
gato Joao que le acompañase a la cocina y que le dieran de comer hasta que
quedase saciado, acto seguido se daría
una buena ducha y que las empleadas del servicio doméstico le proporcionasen
ropa adecuada a su talla y que se le asignara una cama en el dormitorio que
vosotros ocupáis, pues veo en este joven madera de calidad, que una vez pulida
en las debidas condiciones y debidamente educado puede prestar un gran servicio
aquí en “El Encinar”. Mañana y después de que esté bien comido, limpio y haya
dormido bien, me lo acercas aproximadamente a media mañana para que nos cuente
lo que le ha ocurrido.
Llegada la hora de la
comida Doña Ximena le fue presentada a Don Zacarías y en una pequeña charla
entre Don Patrocinio y Doña Marta acordaron sentarlos juntos, para que tuvieran
la debida oportunidad de ir conociéndose mutuamente, en caso de que no hicieran
malas migas, Doña Ximena sería invitada a permanecer en “la casona” el tiempo
suficiente que necesitase Don Zacarías para enamorarla y convencerla de que lo
aceptase en santo matrimonio.