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lunes, 9 de abril de 2018

La encina del águila.




Capítulo.- 6

La encina del águila.


Durante la comida a la que nos invitó Don Patrocinio acudimos bastantes comensales, pero la invitada de honor sin lugar a dudas era Doña Ximena, que ya tuvo buen cuidado Doña Marta y a indicaciones de Don Patrocinio de sentarla al lado de Don Zacarías.
En representación de los porqueros psicólogos acudieron Eumeo y Don Jeremías Pelotari Tocador, que como licenciados universitarios y además con un máster cada uno en violencia de género, nos sorprendieron con sus conocimientos en esta materia, las Leyes se han endurecido con la nueva entrada en vigor de la llamada Ley Mordaza y que entró en vigor a primeros de julio del dos mil quince.
Don Zacarías ni les escuchaba pues mantenía una conversación muy amena con Doña Ximena y puede que intima, ya que en algunas ocasiones, al oído, se susurraban lo que se decían entre ellos.
A propuesta de Doña Marta, Doña Ximena permanecería como su invitada durante una temporada larga en “El Encinar”, poco le costó convencerla y bien mirado como una “celestina” se portó.
Terminada la comida y ya en la sobremesa Don Zacarías y Doña Ximena salieron a dar un paseo por los alrededores de “la casona” y al cabo de una hora regresaron y otra vez de vuelta al trabajo, cada uno a sus quehaceres.
Don Zacarías y Don Patrocinio me rogaron que les acompañase, pues con la crisis y a pesar de lo mucho que el gobierno pregona contra viento y marea, los negocios no acaban de remontar como ellos quisieran, aunque siguen obteniendo buenos beneficios, han encargado al Gran Akila hace unos días, dada la extensión de “El Encinar” que realice un estudio de mercado sobre el hongo “Tuber melanosporum”, la apreciada trufa negra y si el informe es favorable dedicarían un mínimo de diez hectáreas a su cultivo. Estudio que ya ha terminado y que dentro de media hora les va a exponer en la sala de video conferencias, al que tengo que asistir por si tuviera que tomar alguna nota en especial ya que el Gran Akila emite sus informes por escrito, pero quién sabe si será necesaria mi colaboración, por lo tanto a la sala de video conferencias y con el fin de escuchar el estudio que emita el gato egipcio nos hemos dirigido, allí lo hemos encontrado dándole un último repaso, el cual tenía impreso en un solo folio, por lo tanto no tardó nada en leerlo y al final del mismo la conclusión era clara. Este negocio es rentable al diez mil por uno.
Como es costumbre habitual, el informe lo guardó Don Zacarías en la caja fuerte que en el sótano más profundo tiene instalada.
Una vez de regreso hemos decidido dedicar no solo diez hectáreas al cultivo de dicho hongo sino el doble, para ello Don Patrocinio ha decidido que hay que buscar un lugar adecuado y ha llamado al cuervo que desde el aire y desde gran altura examine el terreno más adecuado para realizar las labores oportunas y por teléfono ha contactado con una empresa especializada en cercar terrenos con alambradas triples, separadas por dos metros de distancia entre ellas y la que ocupe el centro debe ser electrificada con un voltaje de alta tensión, que sea capaz de electrocutar al que la toque en décimas de segundo, mientras Don Zacarías ha llamado a la banda de “Los festines” y en un sobre les ha entregado la misión que les encargaba y que en el menor tiempo posible tenían que tener concluida. Al mismo tiempo les decía que era de vital importancia que se realizase en el menor tiempo posible ya que una vez terminada esta les encomendaría otra y que ya les anticipó que sobre esta última no hay que guardar secreto, que de todos los habitantes de esas tierras que tenían que recorrer son conocidos los caminos que desde España van a Portugal por rutas alternativa a las moderna autovías y carreteras hay y que están situados en lo más alto de las montañas, caminos empleados  para el “extraperlo” durante la guerra civil que asoló a España desde mil novecientos treinta y seis hasta mil novecientos treinta y nueve y hasta bien entrados los años setenta.
Estos salieron inmediatamente a su cometido y  Don Zacarías -les dijo- que se llevasen con ellos al gato Melquiades con el fin de que en la aventura se fuera recuperando psicológicamente de su desdicha, a la vuelta hablaría detenidamente con él y a la vez fuera adquiriendo conocimientos en trabajos especiales. Al “rabillador” le dijo que respondía con las garras de las patas delanteras si  Melquiades no volvía integro y sin un solo rasguño, o incluso peor os aplico la “decimatio”.
Una vez puesto todo en marcha Don Zacarías -nos comunicó- que necesitaba una ducha de agua helada pues según comentó entre las aventuras del escribano y la conversación mantenida con Doña Ximena la calentura, que no fiebre, lo estaba matando.
A Ud. Don Patrocinio -dijo- le ruegue a su señora esposa que desde ahora, en las comidas no siente a Doña Ximena a mi lado,  debe sentarla enfrente de mí, no es por no hablar con ella, cosa que me da gran placer es para saber hasta dónde llego con una de las patas de mis cuartos traseros por debajo de la mesa, posiblemente a Doña Ximena le interese saberlo.
Después de la ducha -continuó- me voy a retirar a meditar a mi habitación y ordenaré que la cena me sea servida por el servicio domestico y dirigiéndose a mí -dijo- mañana y a la misma hora que de costumbre en la encina del águila nos encontramos, con el fin de que sigas contándome tu aventura con Ana.