Powered By Blogger

lunes, 9 de abril de 2018

La llegada de "La banda de los festines"


Capítulo.- 9

La llegada de “La banda de los festines”
(En honor al pueblo de Francia)


Sobre la una de la madrugada y cuando más profundo tenía cogido el sueño, unos fuertes golpes en la puerta del Chalet en el que en “El Encinar” vivo, me han despertado sobresaltado, cuando he abierto la puerta me he encontrado a Don Zacarías y a Don Patrocinio, eran portadores de la noticia de que al mismo tiempo y en menos de diez minutos harían su entrada en “El Encinar” todos los miembros de “La banda de los festines”, sin excepciones, tanto los que habían ido a buscar las encinas micorrizadas como la nueva seta traída de Hawái por el gato Joao y el pequeño Melquiades. Don Zacarías había desempolvado su cámara de fotos para la ocasión y Don Patrocinio me dijo: venga vamos que tomes las correspondientes notas y con las fotos que obtenga Don Zacarías de este momento histórico en este encinar, podamos recordar como es debido semejante acontecimiento.
En unos veinte minutos y al mismo tiempo que arribaba una fila interminable de camiones de gran tonelaje, cargados con las encinas y las lenguas de lava volcánica, llegamos al unísono a la puerta de entrada donde se iban a sembrar las nuevas plantaciones.
Una vez que se detuvo la caravana de camiones, de uno de ellos bajó un miembro de la banda y acercándose donde estábamos le solicitó a Don Zacarías las instrucciones que tenía que dar sobre una docena de gatos expertos en el cultivo de las encinas micorrizadas y que venían ocultos debajo de las encinas  y a los que acompañaba una perra adiestrada en la búsqueda de la trufa negra.
De qué raza es esa perra -preguntó Don Zacarías-, no será de la raza pastor alemán, parecida a los de la Secretaria de Estado Doña Bibiana Aido y que en su día tan mal rato me dieron, aunque los de la Señora Ministra eran más conocidos por cabreros nazis.
Don Patrocinio auscultado por el chamán.
No, no, que va Don Zacarías es una perra de una raza conocida como pastores belgas, perros capaces de sacrificarse por salvar a los suyos, antes no recuerdo, aunque me lo dijeron, qué nombre le tenían puesto, pero ahora y como homenaje a la perra que dio su vida por la libertad de un pueblo, un pueblo como el Francés, la han rebautizado con el nombre de Diesel, ya recuerdo antes la llamaban Becerrilla, en recuerdo del famoso perro Becerrillo y que dio su vida luchando con los conquistadores españoles en tiempos de Hernán Cortés, este Becerrillo era de la raza alano español, no se sabe a ciencia cierta quién fue su dueño, pero parece ser y como apuntan las crónicas de la época que perteneció al capitán Sancho de Arango, por quien se sacrificó para liberar a este de varias docenas de indios nativos en mil quinientos catorce.
De esta raza, alanos españoles, encargue Usted Don Patrocinio a su amigo J. Nuevo dos docenas de ellos y otras dos docenas de estos pastores belgas, todos ellos debidamente adiestrados en la guarda y custodia, que aquí tendrán el cometido de defender, de posibles intrusos, las nuevas plantaciones, con menos no lo hacemos dada la dimensión  del terreno  a cubrir.
Mañana a primera hora -contestó Don Patrocinio- me pongo en contacto con él para que esto lo haga de forma urgente, de momento, que bajen todos de los camiones y los acompañas a La Casona. Los conductores, que metan los camiones para que descarguen de ellos las mercancías el personal que para esos menesteres he contratado con su equipo de camiones grúa, al tiempo que con tristeza añadía: Buen Pueblo ese en los momentos de dolor, unidos como una piña están, que se entere de esto el ex presidente zETAparo y el cabrón del doktor "cun fraude" Pedrito Sánchez.
Don Zacarías, mientras, se dedicaba a sacar fotos del momento histórico que en “El Encinar” estaba ocurriendo y dijo que él se quedaba con el fin de ir a tomar las correspondientes instantáneas en el momento de la descarga de la seta amarilla que en las planchas de lava vienen ya en su punto y que deberían ser puestas en el mismo orden en el que se habían sacado, y que debidamente y con ese propósito vienen numeradas, a sacar las instantáneas se fue.
Una vez que todos, excepto los conductores de los camiones, hubieron bajado de los camiones, incluido el pequeño Melquiades, que venía medio dormido, el jefe de la banda y que por motivos de seguridad aquí omitimos su nombre, le ha contado a Don Patrocinio, que habían encontrado en la provincia de Teruel un encinar de más de veinticinco hectáreas, con encinas de cuatro años y en una noche las hemos robado todas y las hemos cargado en los camiones contratados al efecto con sus correspondientes conductores.
Esa idea de robar las encinas -contestó- de dónde ha salido, quiero una respuesta convincente.
Pues saque Usted mismo conclusiones, nosotros nos hemos limitado a cumplir las órdenes que Don Zacarías Moro Moro nos dio por escrito y para que vea que esto es cierto, aquí las tengo. Sacó del bolsillo un papel debidamente doblado y efectivamente, una vez que Don Patrocinio lo desdobló de una fuerte sacudida, debidamente firmadas, allí estaban las órdenes dadas por Don Zacarías. Órdenes que Don Patrocinio guardó en el bolsillo interior de su chaqueta.
Vete a buscarlo José Luis, que se deje de tanta foto y que venga inmediatamente, que quiero que me explique esto como es debido.
No tardé ni diez minutos en encontrarlo pues ya regresaba con la cámara de fotos en bandolera y con una sonrisa de oreja a oreja.
En el momento en que llegó a mi altura, le conté lo ocurrido y con su mayor aplomo me dijo que él no había firmado ninguna orden en la que constase que había ordenado robar ni una sola encina y menos veinticinco hectáreas de ellas.
Una vez que llegamos donde Don Patrocinio Herrero Zapatero se encontraba con el resto de los gatos, este le ha pedido explicaciones sobre las órdenes dadas, lo que nuevamente ha vuelto a negar, al tiempo que decía: que con encinas suficientes para veinticinco hectáreas y siendo veinte hectáreas las que se iban a sembrar, aún le quedaba un buen remanente de ellas para reponer las que por cualquier motivo se secaran.
Ante esta negación, Don Patrocinio extrajo del bolsillo de su chaqueta el papel donde constaban las órdenes antes leídas y cuando lo ha desdoblado se ha encontrado con la sorpresa, al igual que nosotros, de que en el papel, tal y como había aseverado Don Zacarías, no había nada escrito.
Ante esto, todos hemos quedado mudos y en silencio nos hemos dirigido a La casona.
En el trayecto Don Zacarías se me ha acercado y al oído me ha dicho: Buena tinta esa, escribano, nunca me ha fallado, cuando Don Patrocinio lo tire a la basura, lo recoges de ella y lo archivas junto con los demás en la caja fuerte del sótano.
Como Ud. ordene San Pedro.
De eso nada, que yo solamente lo he negado dos veces, no tres.
No voy a esperar a que lo tire a la basura, me voy a dejar caer por la parte que para sí y los suyos tiene reservada en “La casona”  y a ver si me invita a una sobre cena, pues después de la noche que llevamos tengo buen hambre, creo que deberíais de bajar a la bodega y subirme uno de vuestros vinos “Muga” con el fin de regalársela y así tendré una disculpa para presentarme ante él.
Espera un minuto que ya estoy aquí con ella, buena idea esa.
No tuve que esperar mucho, ni un minuto, desde que ha comenzado con el deporte este gato está como un león. Una vez que tuve la botella en mi poder, Don Zacarías se retiró a sus aposentos y yo me presenté ante Don Patrocinio, quien al verme me rogó que pasara a su cocina en silencio ya que Doña Marta y su prole estaban profundamente dormidos en los dormitorios, en la cocina, una de las gatas del servicio doméstico, terminaba de servirle una manzanilla doble.
Tan nervioso os encontráis Don Patrocinio -le pregunté- para tener que tomar infusiones de este tipo.
Llama al Chamán que la ex ministra Doña Ana Mato le envió a Don Zacarías, que me eche un vistazo, este gato me va a matar a disgustos. De paso llamas también al Gran Akila, que examine el papel por si él viera algo que los demás no vemos, dada su experiencia en la escritura jeroglífica y escritura cuneiforme.
Enseguida Don Patrocinio, una vez que les he comunicado a los dos que Don Patrocinio necesitaba de sus servicios profesionales, he regresado a su lado y no llevaba ni dos sorbos de manzanilla cuando al mismo tiempo han hecho acto de presencia tanto el Chamán como el Gran Akila.
Por todos los santos -exclamó el Chamán- deje esa manzanilla de inmediato y ya sabe el remedio que en una ocasión le dieron para sus males, reservas, reservas del 98, se quite la chaqueta y la camisa y se tienda en el escaño, que es necesario que le ausculte y le tome las constantes vitales.
Una vez que Don Patrocinio se tendió en el escaño con el pecho y la espalda al descubierto el Chamán pidió a la gata del servicio doméstico un sacacorchos y cogiendo la botella de Muga la descorcho como un profesional y se atizó un par de copas y se puso a la tarea, le tomó la tensión, la temperatura corporal, le midió la concentración de oxigeno en sangre y en la pantalla del aparato, (Pulsioximetro) pudimos ver que marcaba noventa y nueve por ciento y además le hizo una glucemia.
Mientras, los demás permanecimos en silencio con el único fin de no molestar a tan cualificado profesional, en el desempeño del acto chamán.
Seguidamente lo auscultó, una vez terminada la auscultación se sentó a la mesa y en el correspondiente SUAPG (servicio urgente de atención primaria para gatos) emitió su informe y una vez que lo firmó le pidió al enfermo que firmara de su puño y letra en el lugar para ello indicado, cosa que Don Patrocinio Herrero Zapatero hizo en el acto. Le entregó el original a Don Patrocinio y se quedó con dos copias, que guardó en su maletín, una de ellas la de color rosa sería enviada al veterinario de cabecera de Don Patrocinio y la amarilla para dejarla archivada en los archivos que están bajo su poder.
Una vez que Don Patrocinio se volvió a vestir, el Chamán se ha dirigido a él y en un tono muy severo le ha advertido que si para un cólico nefrítico, en su día, le recomendaron reservas del 98 y queso, para el ataque de nervios, debido al hecho de que Usted se encuentra bastante encabronado, se debía aplicar el mismo remedio, pero aunque los reservas los tiene que seguir tomando, en el tratamiento que le he prescrito, hay una pequeña variación, en vez de queso, le receto ratones “coloraos”, tratamiento que hay que empezar de inmediato. Esto es lo único que he encontrado en el chequeo al que os he sometido, la glucosa un pelín baja, que en el momento en que ingiráis alimentos sólidos os subirá a su punto, de momento tenéis que ingerir esta copa de Muga de la cosecha del 2012, pero lo suyo son grandes reservas del 98 y alimentos sólidos como el que os he recomendado.
Akila -dijo Don Patrocinio- despierta a Don Zacarías y que suba de la bodega dos cajas del vino de la casa y que traiga una de sus jaulas llena de ratones “coloraos”.
El Gran Akila salió como un rayo en busca de Don Zacarías y una vez que lo despertó, le comunicó las órdenes que Don Patrocinio había impartido, regresando inmediatamente a nuestro lado.
Don Patrocinio, lo que Usted me ordenó ya se lo he comunicado al gato que me expropió los terrenos una vez que ya los tenía despedregados y en cuanto a este papel que para su examen me habéis entregado, os lo ruego, haceros caso del Sr. Chamán y seguid sus prescripciones a rajatabla en tiempo y forma, siento deciros que posiblemente y debido a lo diagnosticado por el Sr. Chamán, me habéis entregado un papel en blanco y como Usted comprenderá nada he encontrado en él. Os lo devuelvo, pasaselo escribano pues no llego a entregárselo, cogí el papel y cuando iba a entregárselo, me dijo: Quédate con él y cuando salgáis lo tiras a la basura. Papel que he guardado convenientemente con el fin de seguir lo dicho por Don Zacarías, el cual en este momento nos llamaba para que le ayudásemos a meter el vino de la casa y la jaula de ratones “coloraos”.
Una vez todo introducido en la cocina, se han abierto las cajas del vino de la casa y de ellas han empezado a salir grandes reservas del 98 del afamado Muga, las que han sido inmediatamente descorchadas por el Chamán y acto seguido las ha decantado con la misma habilidad con que las abre en un decantador de cristal finamente labrado, para que el vino se oxigene  debidamente y acto seguido ha empezado a servir copas de vino, como no podía ser de otro modo la primera ha sido para Don Patrocinio, quien ha hecho el esfuerzo de no beberla hasta  que todos estuvimos servidos y en ese momento nos ha propuesto un brindis por la buena marcha de los negocios emprendidos, brindis en el que todos hemos participado.
De los “coloraos” ya se encargaba Don Zacarías, con suma habilidad, de colocarlos por docenas en las correspondientes planchas y que al cuidado de la empleada del servicio doméstico dejó para dirigirse donde Don Patrocinio estaba con el fin de interesarse por su salud, a lo que Don Patrocinio le ha contestado que con el vino se iba recuperando rápidamente y que solo le faltaban unos aperitivos de los recomendados por el Chamán y le subiría la glucosa, al mismo tiempo le rogaba que no volviera a gastarle bromas de ese tipo.
Don Zacarías - dije yo- no podría emplear su maestría en asarme un buen chuletón, todo sea por que llevo muy mal lo de los huesecillos de los “coloraos” por miedo a atragantarme con alguno de ellos, como ya vi que le pasaba a Usted en cierta ocasión y ya veremos si me atraganto con el hueso del chuletón.
Ya lo tengo en la plancha, solamente espero el momento adecuado para voltearlo, de momento bebe escribano, a ver si te alumbras como a ti te gusta.
Colección de zapatos, últimos diseños.
Volviéndose hacia Don Patrocinio le propuso que para sus zapaterías y con cada par de botas, podía regalar a sus clientas de la más alta alcurnia un trocito de la seta recientemente traída de Hawái, eso sí -continuó- incrementando el precio de estas en unos módicos dos mil euros. Piénselo y ya me dará la respuesta.
El alba llega pidiendo paso a gritos -contestó Don Patrocinio- y los gatos porqueros-psicólogos ya están organizando la jornada, hasta el Sr. Cura está entre ellos, terminemos la comida y el vino pues hoy y sin dormir tenemos que continuar trabajando, yo tengo que pedir los perros que necesitamos y Usted Don Zacarías tiene que impartir órdenes en cuanto a la escolarización de nuestros retoños para montar un aula en las debidas condiciones, que de momento no disponemos de ella, en cuanto a la seta para mi colección de botas de este invierno no va a poder llevarse a cabo, pues ya las tengo comprometidas y con el precio ajustado, no obstante para la colección de la próxima primavera-verano que la semana pasada terminaron de diseñarme, si, sería muy importante disponer de ella y ofrecerla en exclusiva en mis zapaterías, debidamente metida en un estuche de metal bañado de una capa finísima de oro por el exterior, el interior iría recubierto de fina seda roja y dentro de este estuche, iría un trozo de seta que, siendo esta  amarilla, le dará el adecuado contraste, se necesitarán un mínimo de cinco mil con el fin de proporcionárselo a mis mejores clientas, clientas como Doña Ximena, la invitada de mi esposa, pero los encarga a un taller especializado vía on-line, ajústelos a buen precio y se lo cargamos a cada clienta en el correspondiente par de zapatos, si todo va como espero, en la colección de botas del próximo otoño-invierno, repetimos la operación. Ahhh no se le ocurra acercarse a comprarlos a una joyería, no solamente ya por el incremento de precio, sino por el riesgo que corremos de que todos los que aquí habitamos terminemos en el cuartel de la Guardia Civil, venga, vamos, rápido, terminemos de una vez el festín y cada uno a lo suyo.
Cada cual terminó su comida, se escurrieron las copas y cada uno se apresuró a cumplir con la tarea del día.